¿Llegás a ver algo primigenio y dormido
a la espera de resurgir en el paisaje?
Te cuento algo: un niño se adentra en el monte
para buscar ramitas entre los árboles
en un día gris, quieto, de verano, que tarda en irse.
Hay también una balsa que va por un río
rodeado de una fauna inquietante
y una luz, en la balsa, que oscila al principio
y se estabiliza después, bastante después en realidad.
Las ranas en las orillas sostienen
el canto hacia las estrellas.
Entonces, decía, ¿ves las hojas,
gracias a la luz, encima del agua, y disfrutás
el movimiento que les otorga cada tanto el viento?
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