Venían los pájaros y apenas rozaban los duraznos,
ciruelas y damascos, los frutos caían,
y eso tenía un encanto que persiste
al punto que muchas veces lo busco, lo llamo,
lo recibo apenas y lo retengo un tiempo
y eso tenía un encanto que persiste
al punto que muchas veces lo busco, lo llamo,
lo recibo apenas y lo retengo un tiempo
que enseguida se pierde.
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