Ir en bici hasta el fondo del lugar,
sentarte a mirar el campo y a esperar
que los pensamientos se aquieten,
que cada cosa empiece a ser por sí sola,
que los objetos del paisaje resalten al punto
que no tengas nada que decir.
Estuve en la casa de las afueras de la ciudad. Durante la noche, las gotas sobre el techo de chapa siempre me producen la felicidad que ce...
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