En el agua no querías
estar separado del cuerpo.
Estabas limpio, ibas,
recalabas en el fondo,
subías entre algas, verdes,
fluorescentes, larguísimas;
emergías, eras capaz de ver
lejos. O eso te pareció
por instante.
Los mismos caballos junto a espinillos como oradores al costado del camino. Y a la ida y a la vuelta, la obsesión de no pensar. También el...
No hay comentarios:
Publicar un comentario