domingo, 2 de mayo de 2021

Cirugía

Te levantabas 

a buscar una paz imposible 

porque si no era en un lado, era en el otro 

que un perro o alguien 

alteraba tus nervios. 


Tu sentir era un lugar ruinoso

que no podías explicar 

bien a nadie. 


Hasta que un día un pájaro dorado 

voló desde una montaña alta y remota 

y, en tus sueños, entró a tu pecho,

y, con su pico, se llevó 

eso que te agitaba 

a cada instante. 


Y viste por fin la serpiente 

amarilla y negra

que vivía de tu carne. 


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