Te sentaste
en ese lugar
que se presenta
como tan exclusivo.
Ellas caminaban encarpetadas
con sus modos de madres
y señoras, mientras unas
ardillas andaban
como imitándolas,
con sus gestos
nerviosos y rápidos,
por los árboles.
Optamos con mi hijo por ir a desayunar afuera, justo en la mesa que ocupa el vértice entre la galería de un costado y mira de frente a la s...
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