Esa noche de calor
y luna llena
escuchabas teros,
cosa rara, a lo lejos.
No solían sentirse
durante la noche.
Pero eso cambió
junto al hecho de que
los tordos no fueron más
al gran álamo del fondo.
Aún te creías capaz de realizar un progreso importante. En tu infancia, un lobo marino se acercaba a tomar los peces que ponías en la ...
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