Al fin llueve,
los demás ruidos
se aplacan.
Lo que viviste
tiene un sentido.
Te podrías olvidar
de las inquietantes
manchas de petróleo
en la arena blanca.
Llueve
y sentís las gotas,
millones, suaves,
en el techo.
Centro de Búzios, noche fresca con viento. Estamos con mi familia sentados en una mesa de un restaurante moderno, delicado en su estética, c...
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