El aire templado
en la noche quieta
ampliaba
lo que los grillos
cantaban,
los plumerillos
casi no se movían.
El camino de tantos días
iba hacia un palacio
en la montaña.
Optamos con mi hijo por ir a desayunar afuera, justo en la mesa que ocupa el vértice entre la galería de un costado y mira de frente a la s...
No hay comentarios:
Publicar un comentario