En tus recuerdos,
todavía está esa iglesia,
sus grises y el verdín,
las enredaderas
incipientes,
los gorjeos
y el agua
esa tarde de lluvia,
tocándola.
Caía el sol. Hablaban de lo lindo que sería ver un faro a lo lejos. Una gaviota, al ras del agua, enfrentaba el viento. Contaron l...
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