Viento frío al salir
del gran edificio público.
En la plaza de enfrente,
unos niños acarician a un perro
que contento mueve la cola.
Sus madres sonríen,
los árboles oscilan apenas.
Quisieras estar mucho tiempo así.
Optamos con mi hijo por ir a desayunar afuera, justo en la mesa que ocupa el vértice entre la galería de un costado y mira de frente a la s...
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