Viento frío al salir
del gran edificio público.
En la plaza de enfrente,
unos niños acarician a un perro
que contento mueve la cola.
Sus madres sonríen,
los árboles oscilan apenas.
Quisieras estar mucho tiempo así.
Soñé que estaba en un ómnibus en una ciudad francesa —tal vez Lyon— y no sabía bien dónde debía bajarme. Después de dudar y no animarme a ...
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