martes, 18 de enero de 2022

El regreso a los galpones de gallinas


 

 

Vuelvo a los galpones de gallinas

después de muchos meses.

 

El camino está embarrado

Pero se puede pasar.

 

Me sorprende encontrar basura

al costado del camino;

 

Cruzo la ruta, compro un agua

en un parilla que tiene éxito

entre motociclistas y gente

que escapa de la ciudad,

y sigo hacia los galpones.

 

Me cruzo con un cadáver

de un zorro o tal vez un gato.

Tan aplastado está que resulta 

imposible saber.

 

Mi hijo me comentó una vez

que morir será el antes de la vida:

el recuerdo imposible,

 

Y sin embargo,

no deja de impresionarme

ese cuerpo aplastado y podrido,

así que intento concentrarme

en las pequeñas piedras

que sobrepaso con la bici.

 

Más adelante, me echo

a tomar el agua.

 

Frente mío, en unos espinillos,

recalan los pájaros negros que andan

en grupos de treinta a cincuenta

y tienen ese gorjeo tan dulce.

 

Siento un motor lejano.

Una avioneta pasa entre

las pequeñas nubes.

 

Acostado, al cerrar los ojos,

siento el movimiento del pasto,

respiro, todo adquiere presencia,

como si el mundo fuera un lugar apacible,

y trato de fijar ese instante:

ya debería emprender la vuelta.

 

 


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