*
En la oscuridad,
creíste pedalear en el aire y no pensar. Pero eso solo te llevó a un dragón de
Komodo al sol, entre las rocas, ocioso, imponente y mudo.
Intentaste
entonces concentrarte en la luna y para eso unas vacas en la oscuridad, detrás
de los cañaverales, como fieras acechándote, te ayudaron.
Y después, al
final del camino, pensaste en cosas que tienen que ver con no fijarte metas
difíciles de lograr, en ir con el paisaje.
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