Después bajó el sol y se fueron con una linterna a sentarse en las piedras más alejadas.
Aún hoy son los gatitos que descubrieron esa noche de luna llena. Cinco o seis dormían en colchones de algas dispersas.
Optamos con mi hijo por ir a desayunar afuera, justo en la mesa que ocupa el vértice entre la galería de un costado y mira de frente a la s...
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