¡Oh! No sabía qué era la felicidad,
pero ahora lo sé, así que vuelvo a ese tiempo
para llevarlo al altar más sagrado
donde lo dejo por siempre.
Optamos con mi hijo por ir a desayunar afuera, justo en la mesa que ocupa el vértice entre la galería de un costado y mira de frente a la s...
No hay comentarios:
Publicar un comentario