¡Oh! No sabía qué era la felicidad,
pero ahora lo sé, así que vuelvo a ese tiempo
para llevarlo al altar más sagrado
donde lo dejo por siempre.
Soñé que estaba en un ómnibus en una ciudad francesa —tal vez Lyon— y no sabía bien dónde debía bajarme. Después de dudar y no animarme a ...
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