viernes, 8 de julio de 2022

En la misma playa de siempre

 

Estabas en la misma playa de siempre: amplia y con el mar atlántico enfrente, algo ventosa. Era un día despejado y solo había una familia a tu derecha. Padre, madre y una hija de unos diez años que, a buena distancia, jugaba tirándole una pelotita a un San Bernardo. Vos los mirabas pensando en lo equivocado que tiene estar uno para tener un San Bernardo en un lugar en donde en verano hace tanto calor hasta que veías aparecer a tu izquierda otra vez al papa. Como las veces anteriores, estaba vendiendo helados. El caso es que el viejo te saludaba con la impronta de esos trabajadores que pasan venden cosas por la playa: jovial, entusiasta, sonriente. Vos alegre le preguntabas en qué andaba. "En la de siempre", te contestaba. "Yo también", le decías, "por desgracia sin poder hacer la mía... Pendiente de qué hacen o dicen los demás..., " agregabas, y él sacaba un chupetín multicolor de un bolsillo que tenía a la altura de su cintura y te lo daba diciéndote: "Tomá, acá está la solución", y con expresión satisfecha seguía viaje intentando, por la dirección que tomaba, venderle un helado a los dueños del San Bernardo...


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