Estabas en la playa de siempre con el papa sentado en una silla al lado tuyo que, tomando mate y con un diario sobre sus rodilla, te explicaba: "Tu deseo de ser artista obedece a tu necesidad de salir de tu impotencia.." "Pero no me quiero ponerme pesado", decía, "Lo importante es que entiendas que tiene sentido la trascendencia de la obra. Lo clave hacer las cosas con ganas." En ese caso, pensabas, yo no debería hacer mucho más... Con mirar un poco los árboles y los pájaros, estoy contento. Y el papa, como si te hubiera leído, pasándote el mate dijo: "Escucho a lo lejos el canto de una calandria"
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