El papa ayudaba a unos niños en la orilla a hacer un castillo de arena mientras a su lado un perro no dejaba de ladrar en ningún momento; situación que terminaba por crisparte y te obligaba a ir a pedirle al papa que haga algo para callar a ese animal, pero cuando le pedías que haga algo, el papa solo te sonreía y continuaba ayudando a los niños con una pala. Entonces, cada vez más nervioso, intentabas que el perro se callara. Para eso le chistabas varias veces; siempre sin resultados... Hasta que en un instante el papa se daba vuelta, miraba al perro y el perro iba a hacer un pozo al lado del castillo. Se ve que el papa necesita ese pozo para su proyecto con los niños, pensabas, y el perro una vez que terminaba a hacer el pozo volvía a su lugar de antes a seguir ladrando... De modo que te quedabas preguntándote con qué fines estaría entonces ese perro molestando de manera tan macabra...
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