Es cierto, te decía el papa, las cosas para mí se fueron complicando en la medida que ascendía en la iglesia y a esta altura de las cosas no podría decir que tengo fácil la salida.., y prendía un cigarro que no llegaba a ser un habano pero que a vos te recordaba el término "imperioso" que emplea Borges en un cuento cuando habla de un cigarro. La partida de póker con el papa continuaba y vos no estabas del todo seguro si lo que te decía no era una velada advertencia en el sentido que el juego de cartas iba a durar mucho...
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