Lo que te intrigaba del papa, esa propensión a no esperar mucho de los otros, o más bien esa indolencia en cierto punto, que no terminabas de entender: ¿Era necesaria para dirigir grandes sistemas?..., y en eso estabas mientras el papa a tu lado tomaba mate en una actitud tan propia de un humilde trabajador que, en su esencia, te hubiera parecido de lo más vulgar, pero que en él te resultaba atractiva solo por el poder que vos y muchos otros le otorgaban...
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