En las charlas que tenían en las playa, la función de las monjas, la utilidad de rezar, o tantas cosas que el papa nunca precisaba, comenzaron a no tener importancia. Para entonces las charlas en su mayoría se referían a aspectos del tiempo o a la ausencia del buitre inmenso en las inmediaciones y, por sobre todo, al arte de vender helados. Cada vez más comenzó a interesarte más cómo vender helados. Poco a poco, te diste cuenta que vender helados te ayudaría a encontrar un orden...
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