Volvías al lugar donde trabajaste tantos años y al principio todo te parecía igual, pero pronto encontrabas una diferencia: una inscripción en una pared lateral no demasiado visible que decía: Acá trabajó L.. en letras rojas con bordes negros, una inscripción con una caligrafía poco lograda, pensabas. Más bien el tipo de leyenda que se ve en ciertos barrios humildes para homenajear a un joven muerto en una accidente de tránsito. El caso es que te quedabas un rato frente a la inscripción esperando de un momento a otro sentir algo extraordinario, pero nada llegaba. Solo la necesidad agregar con un pincel, junto a tu nombre, una pequeña bandada de pájaros.
domingo, 9 de octubre de 2022
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