sábado, 12 de noviembre de 2022

El amanecer de pronto liberado


 

Todavía permanecemos en el camino que nos llevó a través de heladas cumbres. El lugar donde vimos perros dolientes y desesperanzados durante noches donde nada se movía. Y sin embargo algo respiraba a la sombra de un gran pino.

Ese camino, con el paso de los días, nos adoptó como hijos dilectos y después nos dejó junto al húmedo peñón donde ni se lamentan los pájaros más grandes. Y lo mejor: para entonces estábamos frente al amanecer de pronto liberado.

 

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Según avanzaba

  Esa tarde, leo ahora en un cuaderno donde anotaba distintas cosas, mientras pedaleaba, veía unos niños que para evitar la lluvia se oculta...