El estanque donde los animales descansaban era lánguido. En pequeños grupos, ajenos a la mezquina maquinaria de los pensamientos, esos animalitos nos miraban. Por lo que parecía habían sido puestos para resaltar mis pobres acotaciones. Tus palabras en cambio preparaban el evento. Las miles de vueltas para afrontar lo que impacta. El difícil arte de continuar sin un deseo, un plan o un objetivo. En definitiva, algo que nos justifique y otorgue un sentido. Y sin embargo, al fin y al cabo, solo queríamos descansar, como ellos, plácidamente.
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jueves, 10 de noviembre de 2022
Esos animalitos nos miraban
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