viernes, 23 de diciembre de 2022

Una ciudad


 

Una ciudad y una botella debajo de ella. Nuestras manos buscaban esas raíces. Veíamos entonces, por Vía Veneto, montones de novias arrodilladas a la espera de una liberación que podría venir de parte de un rey simpático y viejo, ya no más buen mozo. pero vanidoso y certero que decía: Libero unas palomas que alguna vez quise celosamente. Las dejo ir. Ya no tocan mis manos.

 

No hay comentarios:

Los mismos caballos

  Los mismos caballos junto a espinillos como oradores al costado del camino. Y a la ida y a la vuelta, la obsesión de no pensar. También el...