miércoles, 15 de febrero de 2023

El aire templado en la noche quieta

  

 

 

El aire templado en la noche quieta ampliaba el canto de los grillos. Los plumerillos casi no se movían. Miraba el camino de tantos días: en mi cabeza iba hacia un palacio medieval en la montaña. 

 

Me gustaría ir de nuevo por ese camino y adentrarme en el campo que tiene montes de eucaliptus y pasturas bajo los árboles y seguir hasta echarme en la arena a escuchar las gaviotas llamándose antes de la rompiente.

 

Y con el sol ido, al volver a la casa, vería resplandecer el olmo inmenso mientras unos sapitos en sus alrededores buscarían una luz que los reflejase. 

No hay comentarios:

Los mismos caballos

  Los mismos caballos junto a espinillos como oradores al costado del camino. Y a la ida y a la vuelta, la obsesión de no pensar. También el...