Y al final del sueño estaban los camalotes. Pequeñas islas de plantas, con flores diminutas, que decían a veces transportaban animales de una selva salvaje y lejana. Pero nunca llegamos a ver ningún animal de un tamaño considerable en ellos.
Soñé que estaba en un ómnibus en una ciudad francesa —tal vez Lyon— y no sabía bien dónde debía bajarme. Después de dudar y no animarme a ...
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