Y al final del sueño estaban los camalotes. Pequeñas islas de plantas, con flores diminutas, que decían a veces transportaban animales de una selva salvaje y lejana. Pero nunca llegamos a ver ningún animal de un tamaño considerable en ellos.
Centro de Búzios, noche fresca con viento. Estamos con mi familia sentados en una mesa de un restaurante moderno, delicado en su estética, c...
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