Y al final del sueño estaban los camalotes. Pequeñas islas de plantas, con flores diminutas, que decían a veces transportaban animales de una selva salvaje y lejana. Pero nunca llegamos a ver ningún animal de un tamaño considerable en ellos.
Aún te creías capaz de realizar un progreso importante. En tu infancia, un lobo marino se acercaba a tomar los peces que ponías en la ...
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