martes, 9 de mayo de 2023

Una vida contemplativa

El gato vivía entre guijarros en la playa y la luna espectacular de cierto momento del mes, lo iluminaba. Esa luna se posaba en el mar y el gato la miraba impávido. Una mirada que tendía a intensificar mis nervios.

Tal vez por eso el recuerdo de ese gato me persigue junto a un número indeterminado de imágenes deslizándose a la par de la olas que llegan a un lugar que no existe fuera de cabeza (¿o debería decir alma?).

Una noche helada, por ejemplo, que el agua era iridiscente me hizo creer en mí mismo más que cualquier idea.

La vida del gato tal vez sea así, como la mía, contemplativa, y por eso su indolencia en la playa me irrita tanto.

No hay comentarios:

Los mismos caballos

  Los mismos caballos junto a espinillos como oradores al costado del camino. Y a la ida y a la vuelta, la obsesión de no pensar. También el...