Esa mañana pensé que mis días siguen los de mis padres y los de mis padres buscan a mis abuelos. El canal seguía agitado por el viento. La iglesia se iluminó, se habían corrido las nubes: el agua se encendía. Miré entonces otra vez hacia donde ajenos y mudos nadarían los peces y, en mi recuerdo, volviste a alejarte sobre los adoquines de la parte antigua. Había parado de llover. Ya era tarde y la humedad ayudaba a oír tus pasos. Uno a uno, se acompasaban a las pequeñas olas.
jueves, 11 de mayo de 2023
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