El agua golpeaba el muelle.
Vi una iglesia construida
sobre pilares. Me fijé bien
donde sonaba el agua.
No quería estar separado
del agua. En mi visión iba,
recalaba en el fondo, subía
entre algas verdes, larguísimas,
emergía por instantes.
Los mismos caballos junto a espinillos como oradores al costado del camino. Y a la ida y a la vuelta, la obsesión de no pensar. También el...
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