Se pierden las gotas de la lluvia
en los charcos y en el pasto.
Un manto cubre una virgen
frente a la cual unas viejitas rezan.
La lluvia cae suave.
A un costado, un perro
busca en la basura.
Más allá, el mar se repite.
En la mesa de un bar,
anoto estas imágenes
y rememoro otras.
Ayer salí a pasear a mi perra
después de un calor agobiante.
La noche no había mejorado el clima.
Así que me dormí con dificultad.
En la madrugada se desató la tormenta.
Cuando me desperté el viento era fresco.
Abrí las ventanas para ver cómo se movían
los árboles. Y así era: las nubes se habían ido,
los pájaros cantaban. Y fui alguien feliz.
Alguien feliz venido desde la antigüedad.
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