Estamos en un intento por volvernos
más proclives a respiraciones
que te permiten interpretar mejor
las posibilidades que anidan en nosotros.
Quisiéramos no estar siempre a la espera
de un fervor, de un ímpetu o una provocación
capaz de abandonar la exigencia de decir algo
relacionado con una filosofía útil.
Mejor no atraer a una verdad
de unos sobre otros, una impronta
que de algún modo mancharía
la medida que encontramos
mientras vamos de la mano
hablando de cosas muy íntimas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario