Una sola nube se movía apenas en el medio del cielo. Era un día frío, pero cada tanto, cuando salía el sol, en los plátanos de la plaza no paraban de cantar unos zorzales. No se puede conocer lo que celebran los pájaros, dije. Esa tarde al menos seguíamos esperanzados con encontrar un lugar donde descansar al sol. Sería un día de invierno porque en mi recuerdo voy con una campera de mi juventud de origen inglés. Una campera que había pertenecido a mi abuelo. En la imagen, caminamos de la mano en busca de un banco por la rambla. Un viento tibio nos toca mientras me hablas de tus primeros años de colegio. Me costó comenzar a escribir porque mi pasión siempre fue dibujar..., decís.
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