Al despertar, para serenarte,
cerraste los ojos. Esperabas
una señal, pero no había
nada en la oscuridad.
Esa luz tan deseada nunca llegó.
Ese día estábamos en la orilla del río a un costado de los silos, justo en la curva donde se ven unos juncos. En las cúpulas de chapa unas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario