Después, junto al río, vimos a la mujer sentada en las rocas. Peinándose el pelo, cantaba polkas con un voz muy dulce, después de lavárselo. “Debe ser la nueva novia de Anselmo. Trae mujeres de Paraguay...”, dijiste.
Optamos con mi hijo por ir a desayunar afuera, justo en la mesa que ocupa el vértice entre la galería de un costado y mira de frente a la s...
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