Te sentías mejor
gracias al aire templado
en la noche quieta.
Los grillos cantaban,
los plumerillos apenas se movían.
El camino de tantos días
te llevaba a un palacio
en la montaña.
Una vez más, me levanto con los ladridos del perro de un vecino que se exalta a horas tempranas. Intento seguir en mis sueños, pero son ...
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