Ayer llevé a mi hijo a rendir una materia
muy temprano y luego volví a mi casa.
Después, un poco de trabajo e ida
a almorzar al restaurante amigo
para más tarde retirar dos objetos preciosos:
un vaso francés y un jarrón chino
de un salón de remates.
A continuación, ida al taller a pintar
y a las veinte horas concurrencia al teatro.
Obra con bondades costumbristas
y cena posterior en restaurante conocido
desde hace no menos de veinticinco años
con mi mujer, cuñada y sobrinos.
Bien, anoto esto para en el futuro saber
que debía estar muy agradecido con mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario