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sábado, 31 de agosto de 2024

Cinco de la mañana

 

Cinco de la mañana. Lluvia que cae 

con violencia y me da una sensación 

de bienestar y al mismo tiempo, 

por momentos, cierta inquietud 

por la tensión eléctrica en el aire. 


Después, mucho después, 

logro dormirme y sueño 

con episodios truculentos 

y me despierto con una opresión 

muy arraigada que me deja mirando 

unas estoicas palomas que soportan la lluvia 

en la cúpula del magnífico edificio de enfrente.  

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