martes, 29 de octubre de 2024

Copenhague

 

Copenhague. Autopistas. Autos que van y vienen de forma muy ordenada. Llegamos a nuestro departamento. Excelente, frente al agua. Pero pronto advierto que nuestra unidad no da al mar. Un tema a superar. Averiguo y buenas noticias. Podemos cambiar el día viernes. Salimos entonces a conocer la ciudad, mientras cae el sol, desde nuestro edifico, en una zona moderna, bordeando el agua frente a unos hombres que están metiéndose al mar junto a unas casillas donde s después tomarán un sauna. Luego, seguimos hasta una plaza y después cruzamos a un barrio antiguo y señorial donde vemos poca gente por las calles (es así toda en la ciudad salvo en la zona del centro de la ciudad). Y no hay ruidos casi. Existe un tiempo entre gélido y bucólico que transcurre al límite de la perfección. Hasta acá llegó la existencia humana, pienso. La civilización finalmente ha triunfado, parece. Aunque todo es una apariencia, y un tanto subjetiva. Sin embargo, la impresión me toma cuando, en las puertas de los edificios, nos cruzamos en coches de niños con cascos dentro porque nadie los va a robar Juno con flores que se expanden. Y más atrás, ventanas a la calle sin protección y personas con apariencia razonable. En un lugar compro una coca y el hombre -de origen indio- también sonríe, amable, y vuelvo a pensar que la civilización ha triunfado. ¿Pero, hasta cuándo?

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