Era el final de una tarde nublada y apacible. Miré el río donde unos peces rozaban las ramas de un sauce que entraban apenas al agua, y me puse a pensar en ellos, los peces, alejados de cualquier noción de tiempo, ajenos al paso de los instantes, imaginé, y sin embargo dentro de escenas continuas del tiempo que pasan, y me di cuenta de que ellos seguían ahí en el agua, fuera de mis pensamientos, y me pareció después, por más absurdo que parezca que todo era diferente, que con mis pensamientos podía llegar a tocarlos como lo hacían las ramas del sauce. Por un instante, sentí que entre esos peces y yo había una conexión, y que sería capaz de lograr algo con ellos.
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