domingo, 17 de noviembre de 2024

No hay

 

No hay una forma, ni una idea, 

ni siquiera una estructura,

mucho menos un dogma, 

que explique, justifique, 

o narre en detalle 

lo que nos pasa a cada rato 

en este mundo del universo 

infinito. 


No sabemos casi nada 

de lo poco que alcanzamos a entender 

al aproximarnos al canto de los pájaros.

Apenas que nos alcanza a conmover, 

bajo un árbol de moras, en donde otros 

seres también encuentran placer.


Desde ese sentimiento 

deberíamos crear los cuentos

que ideamos durante noches heladas 

para darle uso al tiempo.




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