En tus sueños estaban los puteríos,
mujeres explotadas como gallinas,
ramas y cañas altas, y después,
hormigas negras, en fila,
entre las hojas, incansables,
vehementes, laboriosas, unas y otras.
Y vos querías saber a dónde iban,
pero la fila era interminable.
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