lunes, 17 de marzo de 2025

Cumpleaños

Cincuenta y dos años en esta tierra. Uno debiera sentirse más sabio y por lo tanto con algunas cuestiones más resueltas supongo. Pero uno también podría estar muchos escalones más abajo. Así que mejor festejar las ascensiones: es sabido que el paso del tiempo no es garantía de nada y que, de hecho, nada en esta tierra lo es. 

La visión del campo, cerca de la casa de mi madre, en contraste con su barrio, con sus casas prolijas y recluidas en un perímetro delimitado, excita mi cabeza y le da un impulso para pensar en la felicidad que entraña esa porción de tierra con distintos verdes que se extienden hasta formar un mar en donde los árboles, de cuando en cuando, interpretan islas vírgenes en donde los loros y otros pájaros rondan encima felices, llenos de vida. Esas es la otra vida, me digo, la existencia soñada a la que uno aspira desde el barrio de siempre y que a veces se lograr entrever unos instantes. 

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