En el último día del verano, hay sol
y mucho calor. El mar, calmo, azul,
está esperándome. Entro y me recibe
para que nade un poco por su superficie
y me lleve hacia una profundidad mayor.
O al menos eso intenta, pero me resisto
y vuelvo a la costa. Al fin, toco la arena,
camino y miro: sigue hermoso
en su silencio este día de sol y calor
sobre el fin del verano.
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