Sábado. Encuentro con unos primos que no veía hacía muchos años. Todos nos reciben con alegría. Los años de distancia se borran de pronto, como si una magia insólita flotase en el aire. Todos los planetas, por una vez, parecen alineados. Pocas veces vi algo así. Debo agradecerlo. Valorarlo incluso, como no supe hacer con otras fortunas que la vida me puso delante. Por eso esta vez lo intento. Y lo logro. No siento sobre mí ninguna presión por lo que debo pensar o decir. Los pájaros vuelan por el cielo. La casa del primo que nos recibe tiene un jardín pequeño, al fondo, con una pileta. Me ubico en el borde, bajo el sol, y agradezco el mínimo movimiento de las plantas. Van y vienen con el viento fresco.
viernes, 13 de junio de 2025
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