lunes, 19 de septiembre de 2011

Por ahí van las cosas

La historia, entre otras cosas,
fue así: todo régimen crea violencia
porque el espacio es uno y el asunto
es quién lo ocupa en el tiempo.
Y lo sabemos: toda rigidez
suscita revolucionarios igual
de estructurados que sus blancos.

Los padres violentos crean hijos
violentos, y entre unos y otros
se dan, se mancillan y se matan.
Es decir, se llega hasta la desaparición
física del opuesto porque se siente
y piensa en términos únicos. Son
las famosas ideas claras. Por eso,
mejor ese mundo de indefinición,
la inmensa escala de los grises.
Por ahí van las cosas.

No hay comentarios:

Los mismos caballos

  Los mismos caballos junto a espinillos como oradores al costado del camino. Y a la ida y a la vuelta, la obsesión de no pensar. También el...