En el momento que pude acercarme Tordelli, sin duda gracias a su talento para leer la mente, puso su mano en mi pecho y dijo: ---Dejá de pensar....No calcules tanto...Olvidate del pasado, y por supuesto también del futuro...--- Ahí está el mensaje de Kung Fu Panda, pensé enseguida, y sonreí. Mi amigo continuó: ---Olvidate sobre todo de la posteridad...--- No sé qué cara puse, pero debe haber sido una de mucha impotencia, porque Tordelli agregó: ----Tenés que dejar de ser tan caprichoso...-, y me palmeó con afecto y comenzó a aplaudir el final del discurso de nuestro querido compañero Cabandié, quien por espacio de media hora había intentado justificar lo injustificable: que unos chetos de cuarta, que festejan los votos como si fuese un casamiento en el Tattersall, hayan ganado de manera contundente la ciudad.
---No importa --- balbuceo a mi lado Tordelli --- que estos mismos conchudos en octubre votan a nuestra hermosa yegua--- y aplaudió más fuerte.
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1 comentario:
tordeli volviste si nunca te habias ido!
cariños
a
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