Los cactus suben por las montañas
para establecerse como vigías
de un río que pasa por lo bajo
muy pocas veces con agua.
Son los grandes pájaros
y los pumas que no se ven nunca
los que le otorgan incluso más encanto
al espacio que, cuando uno mira para arriba,
encuentra celeste, de un celeste tan intenso
que pareciera que el aire entra más
en los pulmones de todo y de todos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Árboles emblemáticos
El año nuevo se acercaba y nosotros, de la mano, entre árboles emblemáticos, nos deteníamos frente a un estanque para ver cómo el viento r...
-
El genio rockero me miró con sorpresa y después, víctima de cierta discordancia, tentado, me respondió: “Okay my lord”. Se volteó y preguntó...
-
La suficiencia para hablar debería ser desterrada de todos nosotros en la medida que el alcance de la palabra se limita a u...
-
El estruendo interno como fuente de toda perseverancia así debería ser, así deberían consumirse los días y los cigarrillos imaginarios que...
No hay comentarios:
Publicar un comentario