Una boca que se abre
para mostrarme un cuerpo llagado
en las inmediaciones de una estancia
a la que iba de chico
ese cuerpo estaba tendido en el pasto
y nos preguntamos con mi primo
si estaba muerto o qué
y en nuestra inocencia
volvimos corriendo a decirle a mi abuelo
que había un señor desmayado sobre un potrero
de alfalfa, pero estaba muerto, de eso nos enteramos
después, de mucho más grandes; porque mi abuelo
con mucho criterio nos pidió que vayamos a jugar
al cuarto, y salió con su escopeta a ver qué pasaba.
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