La mente es un receptáculo de energía único; capaz de multiplicarla o de encauzarla para diferentes direcciones; también puede abrumar al cuerpo; o bien puede sumirlo en la zozobra. Funciona al unísono con el cuerpo al punto que tiene una composición conjunta.
Su composición es etérea, y en tanto etérea funciona mejor en la medida que la fluidez energética crece.
sábado, 21 de marzo de 2015
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